José Miguel Fernández Borrazás
Muchos creen que los entrenadores maduritos como yo –aunque soy muy del estilo Julio Iglesias y lo sabéis-, ya no nos acordamos de lo que es estar delante de una barra, con decenas de personas mirándote y observando cada paso que das en la tarima. Pero si nos acordamos, de eso y de los nervios antes de una competición de Halterofilia.
Sé, por experiencia, que estar en una competición te cambia por dentro y por fuera y que saberlo llevar no es nada fácil, pero nada es imposible. Y no, os aseguro que los nervios no se van así porque sí o simplemente porque ya no eres principiante. Simplemente, conforme van pasando por delante tuya las competiciones, vas aprendiendo a gestionarte mejor, a controlar tu estado de ánimo y a controlar y enfrentarte a los nervios. Aunque no es fácil, ya te lo digo.
Además de todos los desajustes físicos –las taquicardias y el hecho de que te vas por la pata abajo-, hay una cosa que es esencial entrenar y conocer: la mente. Porque lo creas o no, tu cuerpo actúa conforme le dicta tu mente y, por supuesto, si vas con la idea de que fallas, ¡lo fallas! Por huevos. Pero déjame decirte que hay consejos que todo el mundo puede poner en práctica para poder hacerle frente a los miedos y todo lo que ellos conllevan antes de una competición de Halterofilia.
Las seis cosas que debes hacer en una competición de Halterofilia
Conócete
Sí, empiezo por la más difícil pero la más importante para que no se te olvide. Conocerse a nivel mental es esencial si quieres conseguir que los nervios no te pasen factura en tu competición de Halterofilia y más si es la primera a la que te enfrentas. A nivel físico seguro que te conoces, porque antes de subirte a la tarima te has testeado muchas veces, pero a nivel mental, ¡nunca estás igual! Así que repasa en tu cabeza qué es lo que más miedo te da. ¿Qué la barra te caiga encima de la cabeza? ¿Irte detrás de la barra en la subida y acabar tirándosela a un juez? ¿No apartar la cabeza lo suficiente en el Jerk y que te dé la barra en la barbilla? Todos esos miedos son miedos inventados por ti. Has hecho la arrancada y el dos tiempos muchas veces como para haberlo mecanizado, así que olvídate de eso. Piensa en por qué te da miedo eso.
Sé realista
Mucha gente cree que en su primera competición de Halterofilia, va a llegar y va a sacar un PR de la leche, algo que deje en shock a los jueces y al público pero esto no pasa casi nunca y menos en la primera. Sí, sé que te acabo de joder la vida pero tengo que decirte que la primera competición a la que vayas siempre será para saber de qué va, qué se siente y, sobre todo, cómo te sientes tú. Apuesta por ti, pero que no se te vaya la olla y empieces a meterle peso a la barra como si no hubiese mañana.
Visualiza
Los movimientos los sabes, los conoces, tienes la técnica y puedes sacar esa repetición si quieres. Ahora solo falta que quieras. Así que el consejo que te doy es que, antes de salir a la tarima, te centres bien y pienses en el movimiento. Es más sencillo de lo que crees pero para eso te lo tienes que creer. Blanquear o que te den nulo es más fácil de lo que parece en una competición de Halterofilia, pero eso pasa cuando vas a lo loco, sin visualizar el movimiento y ser consciente del peso que vas a mover. Así que centra tu mente y piensa en todos esos vídeos tuyos que te has visto miles de veces para ver cómo hacías el movimiento. Repasa lo que está bien y lo que está mal. Siempre.
No seas tan exigente contigo
Reducir la presión que te impones es esencial si quieres reducir los nervios en una competición. Ya te he dicho que no siempre se consiguen PR en una competición de Halterofilia, o al menos en tu primera, por eso, relaja un poco y deja de pensar que tienes que hacer las cosas porque alguien espera algo de ti. Quien tiene que esperar algo de ti eres tú, no los demás, ¡esos que te den igual! Lo importante no es petarlo y hacer una arrancada que deje boquiabierto a todos, sino que tú te testees, sepas cómo estás y, por supuesto, que experimentes de una vez qué es eso de estar en una tarima delante de tres jueces. Vas a aprender y a disfrutar, así que no te exijas ni te frustres si ves que eso no sale. Por supuesto, tienes que saber controlar tus expectativas en este aspecto. Sé más flexible y menos exigente contigo mismo. Pase lo que pase, habrás aprendido algo nuevo.
Ríete
Una de las cosas que me encanta de esta vida es el reírse, el cachondeo y el ser felices. Básicamente porque una risotada en el momento justo, puede cambiarnos completamente el estado de ánimo. Sé que en la zona de calentamiento vas a ver a tíos que levantan mucho más peso que tú y eso te va a poner muy nervioso pero si aprendes a compartir y a reír con ellos –aunque en una competición de Halterofilia la gentes es demasiado seria-, todo irá mejor. Te bajará la tensión y la ansiedad, evitando que salgas demasiado tenso. Disfrutar forma parte de la competición así que intenta relajarte lo máximo posible. Si no eres muy de cachondearse –ni tu entrenador tampoco- siempre puedes recurrir a la música o a un vídeo que puedas ver y con el que te rías tú solo, aunque seguramente parezcas un colgado más que otra cosa.
No pienses en lo malo
Preparar tu mente consiste en ser realista, pero también ser un poco entusiasta. El realismo no se tiene que ver pisoteado por el “Es que seguro que me dan nulo por codos” porque así no hay nada que hacer y va a ser imposible que consigas salir delante de todos concentrado en el movimiento. Y, por supuesto, después de un nulo, ¡prohibido pensarlo! Está claro que un nulo jode la vida porque llevas tanto tiempo preparándote para eso que algo así te quita las ganas de volver a salir, pero en eso reside la esencia de una competición: en dar lo mejor de uno mismos sin esperar demasiado del resultado. Los nulos dan igual, lo importante es aprender y saber qué cojones se está haciendo mal.
Salir a la tarima es algo que se va complicando por momentos, sobre todo si en el primer intento. Tómate con calma una competición de Halterofilia porque además de hacerse extremadamente larga –para todos-, es muy intensa. Intenta aplicar estos consejos y si ves que nada te funciona, ¡una tila y a correr!
Y algo muy importante:
¡Confía en tu entrenador!, él se ha equivocado y fallado miles de veces, y no desea que tu lo hagas.