Alba Sánchez
@albashezf
La halterofilia afronta una transformación significativa de cara a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, con la definición de nuevas categorías de peso que cambiarán sustancialmente la estructura competitiva. La Federación Internacional de Halterofilia (IWF) ha confirmado las nuevas divisiones, aprobadas tras la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de ampliar el programa con 12 categorías (seis masculinas y seis femeninas).
Según la IWF, las categorías olímpicas para los Juegos de 2028 serán las siguientes: en hombres, 65 kg, 75 kg, 85 kg, 95 kg, 110 kg y más de 110 kg; y en mujeres, 53 kg, 61 kg, 69 kg, 77 kg, 86 kg y más de 86 kg.
Este rediseño no llega de forma aislada, sino que forma parte de una reordenación más amplia: desde el 1 de agosto de 2026, la IWF aplicará ocho categorías por género en todas sus competiciones oficiales, tanto en adultos como en júniors. Para los atletas senior y júnior, los nuevos pesos serán: hombres, 60 kg, 65 kg, 70 kg, 75 kg, 85 kg, 95 kg, 110 kg y más de 110 kg; y mujeres, 49 kg, 53 kg, 57 kg, 61 kg, 69 kg, 77 kg, 86 kg y más de 86 kg.
El cambio responde a la preocupación de la IWF por reducir las brechas de peso entre las categorías y minimizar riesgos para la salud de los atletas. Según fuentes internas, esto también facilita una distribución más equitativa entre las divisiones, algo que había sido objeto de debate entre deportistas y la comisión técnica.
Más recientemente, el COI respaldó la inclusión de dos categorías adicionales para el programa olímpico de Los Ángeles 2028: una para hombres y otra para mujeres, lo que eleva a doce el total de divisiones de peso en la competición. Este paso fue considerado estratégico, ya que el número de atletas por evento seguirá siendo de diez, manteniendo la cuota total de 120 halterófilos (60 hombres y 60 mujeres).
Estos cambios no solo afectan a los Juegos Olímpicos, sino también al ecosistema global de la halterofilia. Al modificar las categorías oficiales desde 2026, las federaciones nacionales, entrenadores y atletas tendrán que planificar sus ciclos de entrenamientos y competiciones de manera diferente, adaptándose a los nuevos estándares de peso.
Desde el punto de vista estratégico, la IWF también busca mejorar la sostenibilidad del deporte y reforzar su imagen ante desafíos institucionales, como el control antidopaje y la gobernanza interna. Al mismo tiempo, el alargamiento del calendario competitivo con divisiones más finas podría ofrecer oportunidades a nuevos levantadores para destacar en categorías más equilibradas.
Para los atletas ya en activo, esta reestructuración supone un dilema: algunos podrían optar por subir o bajar de peso para encajar en las nuevas divisiones, mientras que otros aprovecharán la reorganización para redefinir su estrategia competitiva. Además, se abre la puerta para emergentes talentos en categorías que, hasta ahora, no contaban con una presencia olímpica tan estructurada.
En definitiva, la definición de las nuevas categorías de peso para Los Ángeles 2028 representa un paso audaz por parte de la IWF. No solo moderniza la competición olímpica, sino que responde a demandas deportivas y éticas. El impacto a largo plazo dependerá de cómo se adapten las federaciones, los atletas y el propio panorama internacional de la halterofilia ante este nuevo marco competitivo.




