Dr. Daniel Jiménez García
Especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica
I.- Lesiones articulación acromioclavicular
La articulación acromioclavicular es la que encontramos en la parte superior del hombro y se encuentra formada por el acromion (perteneciente a la escápula) y la clavícula distal. Se trata de una articulación con una movilidad prácticamente ausente debido a su potente cápsula articular y a la estabilidad que le dan dos ligamentos que unen la escápula y la clavícula como son el ligamento conoide y el trapezoide.
Esta articulación, puede ser causa de dolor a nivel de hombro en personas deportistas, ya sea por un mecanismo agudo o por una patología crónica de la misma.
Lesiones por traumatismo
Se producen fundamentalmente en deportistas que realizan actividad física de impacto, en la cual pueden sufrir traumatismos directos por golpes o caídas. Estas lesiones son fundamentalmente fracturas o luxaciones acromioclaviculares. Ante una caída o golpe con traumatismo directo sobre el hombro, si presentamos dolor selectivo en la zona laterosuperior del hombro asociado a deformidad o inflamación de la zona, debemos acercarnos a un centro médico para ser explorados por un traumatólogo y que nos realicen al menos una radiografía. Dependiendo del tipo de fractura o del grado de luxación acromioclavicular será necesario un tratamiento quirúrgico o bastará con un tratamiento conservado con reposo con brazo en cabestrillo y fisioterapia.
Lesiones por sobreuso
Típicas en personas que realizan trabajo físico con elevación repartida de hombro o en aquellos que dentro de su práctica deportiva habitual realizan actividad continua de elevación de los hombro por encima de 90º con peso. Podemos encontrarnos dos tipos de lesión:
–Artritis acromioclavicular con o sin edema óseo asociado: dolor agudo de comienzo súbito y muy limitante para ejercicios de elevación de brazos. El dolor está muy localizado en la parte superior del hombro. El tratamiento requiere reposo durante 4-6 semanas, fisioterapia y posterior adaptación progresiva al ejercicio físico.
–Artrosis acromioclavicular: dolor mucho más progresivo en el tiempo, no tan limitante pero que puede llevar a procesos de bursitis subacromial y tendinitis crónica del supraespinoso pudiendo requerir incluso una cirugía para abrir el espacio subacromial y quitar la parte más distal de la clavícula. Sería recomendable un proceso de readaptación del tipo de ejercicio disminuyendo peso y sobre todo evitando la elevación por encima de 90º.