jueves, 16 octubre 2025
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Halterofilia vs Powerlifting: ¿Qué los hace diferentes?

Alba Sánchez
@albashezf

En el mundo del deporte, cuando se habla de levantar pesas, muchas personas piensan que todo es lo mismo. Sin embargo, existen dos disciplinas que, aunque comparten el amor por la fuerza, tienen enfoques muy distintos: la halterofilia y el powerlifting. La halterofilia, también llamada levantamiento olímpico, es la que vemos en los Juegos Olímpicos. Los atletas realizan dos movimientos principales: la arrancada y el dos tiempos. El primero consiste en levantar la barra desde el suelo hasta por encima de la cabeza en un solo movimiento, el de Arrancada. El segundo se hace en dos fases: primero hasta los hombros y luego empujar para estar completamente con la barra sobre la cabeza, el Dos Tiempos. Estos gestos requieren no solo fuerza, sino también velocidad, equilibrio y mucha flexibilidad. Ver a un halterófilo en acción es como presenciar una mezcla de potencia y coordinación milimétrica.

El powerlifting, en cambio, se centra en tres ejercicios muy conocidos por quienes van al gimnasio: la Sentadilla, el Press de Banca y el Peso Muerto. Aquí el objetivo es simple y directo: levantar el mayor peso posible. No hay movimientos explosivos sobre la cabeza, sino un enfoque en la fuerza máxima y la técnica para controlar la barra en cada repetición. Aunque no forma parte del programa olímpico, el powerlifting ha ganado una enorme popularidad porque sus ejercicios resultan familiares y accesibles para quienes entrenan en cualquier sala de pesas.

Las diferencias también aparecen en la preparación física.
La halterofilia entrena la potencia, la movilidad y la coordinación, con rutinas que combinan técnica y agilidad. El powerlifting, en cambio, busca progresar en cargas cada vez más pesadas, con pocas repeticiones y un énfasis en la fuerza “bruta”. Dicho de otro modo: mientras en halterofilia se busca mover el peso de manera explosiva y precisa, en powerlifting lo importante es moverlo, aunque sea lento, siempre que se complete el levantamiento.

Ambos deportes han ganado nuevos seguidores. La halterofilia se ha visto impulsada por el auge del crossfit, que popularizó sus movimientos en todo el mundo. El powerlifting, por su parte, se ha convertido en un estilo de vida para quienes disfrutan competir contra la gravedad y contra sus propios límites.

En resumen, aunque distintos, halterofilia y powerlifting se complementan: uno celebra la explosividad y la técnica, el otro la fuerza máxima y la constancia. Y en ambos, la emoción está en ver hasta dónde puede llegar el ser humano frente a una barra cargada de hierro.

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